Al Vuelo/ Disculpa

Por Pegaso

Hoy no voy a ir a mi vuelo vespertino porque me dio güeva por el frío y el ventarrón que llegó esta madrugada a Reynosa.

Mejor me quedo en mi búnker, viendo, oyendo y analizando las noticias más importantes de la jornada previa.

Una de las más relevantes fue la petición que hizo durante las horas de la mañana la Diputada Local del PRI, Olga Garza, quien en rueda de prensa exigió que el Presidente de la República se disculpara con los presidentes municipales que fueron gaseados cuando acudieron a Palacio Nacional a solicitar más recursos.

No bien se publicó la valiente, decidida y valerosa petición por parte de la legisladora en el gustado portal de Internet ReynosaPost.com, cuando el Pejidente ya estaba enviando una disculpa pública a los bizarros alcaldes. ¡Qué pronto le hicieron caso!

Como se recordará, en la antevíspera se presentaron en macolla casi 300 ediles de varios Estados de la República y partidos políticos con el propósito de pedir más presupuesto para el 2020.

El Pejidente les contestó que se habían equivocado de ventanilla, porque ese tipo de peticiones se hacen ante la Cámara de Diputados.

Sin embargo, el incidente de la gaseada tuvo repercusiones internacionales, y quieran que no, la Presidencia de la República tuvo que reconocer que la cajeteó y por eso mismo emitió la disculpa la noche de anoche mediante la Secretaría de Gobernación.

¡Fue horrible!¡Horribleeeee!-como diría el Longe Moco.

Lo que decíamos ayer de la polarización, de la división del país en dos grupos con intereses opuestos es algo muy serio: Los fifís y los chairos, los conservadores y los transformistas. La mesa está servida para una guerra intestina, si todo sigue igual como hasta ahora.

Ya me imagino yo que el Pejidente ALMO, para evitar la muerte de miles de personas en un conflicto de ese tipo les dé disculpas a todos los fifís del país, como me imagino que hicieron las fuerzas armadas con El Chapito, a quien seguramente dijeron, luego de tenerlo detenido y verse obligados a soltarlo: “Usté perdone, patrón”.

Debe también dar disculpas a la gente del campo, a los que quitó los apoyos bajo el pretexto de que los terratenientes se estaban quedando con toda la lana y ésta no llegaba a quienes realmente la necesitaban. Pues sí, pero sucede que ahora no llega ni a unos ni a otros.

También es necesaria una disculpa pública a las miles de madres trabajadoras que se quedaron sin guardería para sus escuincles. También aquí se argumentó corrupción, pero a más de un año no vemos que se haya limpiado el sistema y que se reactivaran aquellas que sí estaban en regla. Tampoco se ha pagado el sueldo que dizque se iba a dar a los tíos, primos, sobrinos o abuelos de los chamacos por cuidarlos mientras la mamá se va a la chamba.

Debe disculparse también con López Dóriga, con Carlos Loret De Mola, con Brozo y con todos aquellos prestigiados periodistas a quienes quitó el millonario embute que recibían.

La disculpa la debe hacer extensiva a los enfermos de diabetes de cáncer, de VIH, demencia senil y todo tipo de enfermedades que ahora no pueden ser tratadas adecuadamente porque se retiró el presupuesto para la compra de medicamentos, a consecuencia, claro está, de que había corrupción en el proceso de adquisición. Igualmente. A más de un año, no se ha resuelto nada y hasta ahora no se sabe cuándo los pacientes volverán a contar con los fármacos que mitigan sus padecimientos.

También merecen una disculpa los automovilistas, que aún compran gasolina cara. El proceso de comprar miles de pipas para trasladar el combustible desde los centros de producción, o desde los puntos de importación, hasta las estaciones de servicio, contratar personal, capacitarlos y darles un magnánimo sueldo, resulta demasiado oneroso. Ahora sabemos que sale más caro el caldo que las albóndigas y hay quienes ya extrañan a los guachicoleros, porque causaban a PEMEX un quebranto mucho menor.

Por lo pronto, van dos defecadas al hilo: La liberación del hijo de El Chapo y la gaseada a los alcaldes. ¿Qué sigue?

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “No resulta similar en la parte posterior que en las grupas”. (No es lo mismo atrás que en ancas).

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