AL VUELO/ Infierno
Por Pegaso
Viendo yo desde mi búnker cómo los medios de comunicación nacionales dan cobertura al asunto de la migración de miles de ciudadanos de Honduras y Guatemala con rumbo al país de los gabachos, me pongo a pensar en las condiciones tan deplorables que deben existir en aquellas regiones para que optaran por dejar sus raíces y aventurarse a pasar hambre, sufrir asaltos y violaciones o caer en manos de la delincuencia organizada, tratantes de personas y traficantes de órganos.
¿Creen mis dos o tres lectores que aquí estamos de la chingada porque todos los días hay balaceras, niños muertos, bloqueos y persecuciones?¿Piensan que vivimos una pesadilla por los levantones, el robo de vehículos y la violencia desatada por los narcos?
Pues déjenme decirle que nosotros estamos en el paraíso si se compara con las condiciones inhumanas en que viven millones de familias en una de las zonas de mayor pobreza en el mundo.
Allá no puede uno andar en la calle, incluso de día, sin ser asaltado por una pandilla de la «Mara Salvatrucha».
Las mujeres son violadas en la vía pública, los delincuentes entran a las casas como si fueran de ellos, los comercios tienen que pagar para que no los vandalicen, los salarios son raquíticos, es casi imposible conseguir chamba, la pobreza es rampante y para colmo de males, sus gobiernos son más corruptos que los nuestros.
Yo tengo dos teorías. La primera es que quizás el movimiento es auténtico.
Leyendo algunos datos me doy cuenta de que hay líderes que movieron a las masas, que les vendieron el sueño americano y que los están exponiendo a mil y un peligros.
En este primer supuesto, la marabunta humana es imparable. Sin lugar de dudas llegarán a la frontera norte de México en cosa de cuatro o cinco días, para instalarse en ciudades como Nuevo Laredo, Juárez y posiblemente Reynosa, en espera de solicitar el asilo político.
Si se les niega, no hay vuelta atrás. Buscarán hacer lo mismo que hicieron en la frontera sur de México, donde incluso policías resultaron heridos. Una muchedumbre decidida a todo, necesariamente provocará muertes.
En mi segunda teoría, se trata de un movimiento gestado con fines políticos.
El Trompas es el Presidente gringo más repudiado de la historia de los Estados Unidos. El movimiento migratorio le cae como anillo al dedo para ganar popularidad, metiéndole miedo a los votantes.
El temor más grande de los habitantes del vecino país del norte no es la droga, no son los fenómenos naturales ni nada por el estilo. El mayor miedo que tienen es a perder su estilo de vida.
Y si algo amenaza su estilo de vida y hay un Presidente que está dispuesto a eliminar esa amenaza, entonces su popularidad subirá como la espuma y la reelección está garantizada.
No es un secreto que la CÍA está metida en todos los asuntos políticos de América Latina y de gran parte del mundo.
Para mí que es algo preparado por esa agencia con fines de futurismo electoral.
No me trago fácilmente el cuento que la migración de miles de centroamericanos es algo que surgió de manera espontánea e independiente. La logística que se está utilizando está bien organizada, porque, ¿quién les está proveyendo de agua?¿Cómo cubren sus necesidades básicas?¿Quién atiende a los que se enferman?
Yo, Pegaso, aunque no soy astrólogo, pitoniso, augur, nigromante, chamán u oraculero, pienso que miles llegarán a la frontera, se quedarán por un tiempecito amagando con cruzar ilegalmente, y poco antes de las elecciones en gringolandia, ¡puuuffff! el movimiento se disipará y pocos meses después ya nadie se acordará de él.
Mientras tanto, en el infierno centroamericano todo seguirá igual: Maras criminales, gobiernos corruptos, hambre y miseria.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: «¿A qué sitio te trasladas, que cuentes con mayor valor monetario?» (¿A dónde vas, que más valgas?)