AL VUELO/ Salario

Por Pegaso​

​Mira, Bartola,​

ahí te dejo esos dos pesos; ​

pagas la renta, el telégono y la luz.​

De lo que sobre​

coges de a’i para tu gasto,​

guárdame el resto​

para echarme mi alipús.​

Volando yo por la zona centro de la ciudad me puse a pensar en lo que significa el aumento al salario mínimo anunciado por el nuevo Gobierno Federal.​

Según la información que se difundió esta semana, a partir del primer día de enero del 2019 los mexicanos amaneceremos con dos diferentes salarios mínimos: El general, que pasará de 88.36 pesos diarios a 102.68 pesos, para el interior de la República, y el fronterizo, que pasará de los 88.36 pesos a 176.72 morlacos diarios, lo que representa un incremento del 100%.​

No, pos así sí vamos a estar requete bien.​

El dinero que yo gano​

toditito te lo doy.​

Te doy peso sobre peso​

siempre hasta llegar a dos.​

Tú no aprecias mis centavos​

y los gastas que da horror.​

Yo por eso no soy rico,​

por ser despilfarrador.​

Aún así, el salario de los mexicanos seguirá siendo de hambre. Nada que ver con los 9 dólares por hora que gana el más humilde jornalero en el vecino país del norte.​

Con ese ingreso, un trabajador en Estados Unidos gana un equivalente a 184.5 pesos la hora, si tomamos una paridad de 20.50 pesos por dólar, mientras que el salario actual del mexicano es de 88 pesos por día.​

Echándole un poco de coco, la diferencia es abismal, del orden del 1,600%.​

Si te alcanza pa’ la criada​

pos le pagas de un jalón.​

Tienes peso sobre peso​

aunque no pasen de dos.​

Guárdate algo pa’ mañana​

que hay que ser conservador;​

ya verás cómo te ahorras​

pa’ un abrigo de visón. (La Bartola. Autor: Chava Flores).​

Pero no seamos tan pesimistas. Al menos en la frontera cada rato lo dice el líder de los trabajadores, Reynaldo Garza Elizondo, que la gran mayoría gana el doble o el triple del actual salario mínimo.​

¡Claro! Tienen que dobletear turno para poder compensar el raquítico sueldo, o buscar alguna otra manera de compensarlo, como vendiendo quinielas o tachas entre los compañeros, y las mujeres, prostituyéndose.​

El anunciado aumento del 100% a los salarios mínimos no resolverá el problema. Un trabajador, para mantener un hogar decente, darle de comer, educar y vestir a sus peloncitos y a su vieja, debe recibir al menos una percepción que se acerque a los 80 pesos por hora (640 pesos diarios, o 4,480 pesos semanales).​

Tal vez, a final de cuentas, tenga razón el líder de CANACINTRA, Pedorrico Alanís Peña cuando dice que se debe instituir en México el trabajo a destajo, o sea, por horas. Y el que sea más productivo que gane más.​

Yo los dejo ahora con el misógino refrán estilo Pegaso que dice a la letra: «A la fémina, ni la totalidad del aprecio ni la totalidad de la moneda corriente». (A la mujer ni todo el amor ni todo el dinero).​

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